Mío

Alegría de mis días, eres/ dulcecito de coco, amor verdadero/ tú haces de las tardes recreos y de las tristezas baladí/ avasallándolo todo sin darte cuenta./ Agua, roca, tierra, fuego,/ todo, todo habita para quien vive en la sorpresa/ susurros de historias pasadas nos cobijan la noche/ risa contagiosa, nariz fría, ojos plateros./ Sabiduría primitiva que te irrumpe para descubrir el mundo/ eres tú, acaso, ¿mi pequeño Pepe Grillo?/ todo en lo que creo mora en tí/ anhelos, fe, conocimientos, esperanzas/ y mientras sucedemos, te reconozco mío/ en tu mirada pícara, en la espontaneidad de tu abrazo/ en esas madrugadas frías en las que buscas mi abrigo/ sintiéndote tan cerquita, para recordarme que una vez, fuímos uno.

Comentarios

Entradas populares